REBIPOA, TEJIENDO RED POR EL DESARROLLO BIBLIOTECARIO POPULAR

Tras el almuerzo, nos contaron un cuento. Bueno, un cuento y una historia.

Diana Teresa Aguirre Álvarez, del Colectivo Biblioteca de calle, junto a Joaquín Arley Orozco Velásquez, coordinador del Equipo de proyectos de REBIPOA, nos amenizaron la tarde con una divertida presentación dialogada en la que entre bromas y veras fueron capaces de lanzarnos a la fantasía que viven todos los colectivos beneficiados por esa magnífica red que han ido formando y que sigue en construcción.

La Red de Bibliotecas Populares de la región de Antioquia hace una labor excepcional. Su plan estratégico, del que recibimos una preciosa copia bibliográfica es una muestra más del poder de la cooperación en concordancia con las características de eficacia y eficiencia. Los esfuerzos participativos son más potentes cuanto más influenciados están por una estructura coherente y una colectividad conocedora de las necesidades reales y de los objetivos imprescindibles.

En los enlaces pueden profundizar sobre lo que comento. Ah, y el pingüino podría parecer triste pero acabó alegre y confiado. No se preocupen por él, seguirá contándose su cuento.

Así quedó todo listo para la entrega de los Premios a la Gestión Bibliotecaria y Popular Comunitaria, en la que todos pudimos disfrutar con la presencia en el escenario del Teatro Macondo de las personas que hacen posible toda esta maravilla y que mantienen vivo el emprendimiento bibliotecario.

Por delante nos quedaba un ramillete de rutas de colores que seguir para poder conocer en profundidad los proyectos de cada uno de los becarios de esta edición. Mis compañeras y compañeros y yo mismo afilábamos nuestras ideas para poder transmitirlas lo mejor posible. Para cada uno de ellos hay reservada una página en este diario dibujado y un lugar en mi corazón bibliotecario y dibujante.

Y muchas cosas más, excursiones a un Medellín de luz y plata que nos recibió con la calma y el amor de quién recibe a sus hijos, por lejos que estos hayan nacido. Cenas, encuentros, charlas, nuevos proyectos todos ellos con nombres y apellidos de estupendos promotores…

De todo ello, hay y habrá testimonio gráfico aquí. Lo prometido es deuda.

4. LIBROS LIBRES PARA TODOS

La mañana había empezado intensa. Mi cuaderno ya echaba chispas. Ocurre que cuando uno empieza a dibujar necesita hacerse con el espacio y el tiempo. Así que era el momento de prestar especial atención a las protagonistas de la segunda sesión del día 21.

En esta ocasión íbamos a tener la oportunidad de disfrutar y conocer a dos mujeres apasionadas por su labor, en la que los libros y la lectura son protagonistas.

Presentadas por Adriana Betancour, comenzó la tanda Vanessa Escobar, Directora de Educación de la Fundación Secretos para contar. Verán, en este caso me voy a extender con el texto, pero es que fue una exposición densa y espectacular. A partir de las preguntas que paso a desgranar, nació esta fundación en 2004:

¿Sabes qué leen las familias del campo?, ¿sabes si tienen libros?, ¿sabes cómo estudian los niños campesinos?, ¿cómo se capacitan los docentes rurales?, ¿crees que existen buenas bibliotecas en las escuelas del campo?

Para encontrar respuestas realizaron una exploración para saber qué libros había en los hogares campesinos y descubrieron que en los hogares de la Antioquia profunda casi no existía el material impreso y por lo tanto era poco el acceso que tenían al conocimiento y a la posibilidad de acercarse al libro como objeto. También visitaron escuelas y bibliotecas, todas ellas infradotadas de buenas colecciones. En la gran mayoría de escuelas rurales solo llegaban hasta 5 grado y que los docentes recibían muy poca capacitación;

Decidieron entonces crear un proyecto educativo que pensara, escribiera y diseñara estrategias, contenidos y talleres de capacitación que atendieran a las necesidades e intereses de los habitantes del campo y les aportaran en su desarrollo individual y colectivo. Pretendían crear experiencias educativas y culturales desde la alegría, el respeto y el conocimiento para generar bienestar a los habitantes del campo colombiano.

De todo ese trabajo han nacido una miríada de recursos didácticos que entre otras cuestiones, difunde y dignifica las costumbres, trabajos y modos de vida del ámbito rural, rescatando del olvido una cantidad ingente de información que servirá a la memoria de las generaciones futuras.

Tras esa catarata de información, se presentó a Heidy Helena Mejía , una fuerza de la naturaleza a la hora de transmitir energía y conocimiento. Acompañada de su familia, a la que hace partícipe de su valiosa labor, Heidy es la mujer que está detrás de la construcción de más de 37 bibliotecas en la región Caribe y en el interior del país. A partir del trabajo voluntario y de la donación de varias instituciones, incluyendo el Ministerio de Cultura, Heidy y su grupo de trabajo han logrado la formación de cerca de 1.500 mediadores de lectura, la entrega de más de 50.000 libros y más de un centenar de aliados que han entendido el poder de la lectura para sanar a niños y familias en situación de vulnerabilidad.

A raíz de esta experiencia decidió abrir la página de Facebook Libros Libres para Todos. Con Libros Libres para Todos Heidy ha creado más de 37 bibliotecas que están, en su mayoría, en La Guajira (donde hay quince), en Atlántico (doce), en Sucre (tres), en César (cuatro), y dos bibliotecas internacionales en Lima, en Perú, que se construyeron gracias al Premio de Circulación Internacional que el Ministerio de Cultura le otorgó a través de su programa de Literatura con portafolio de estímulos; en Lima Heidy capacitó a más de 150 voluntarios.

Heidy nos recuerda que «el proyecto es una siembra a largo y mediano plazo. Los niños con los que nos relacionamos serán el día de mañana los futuros políticos, artistas, arquitectos y administradores. Lo que hacemos es para que ellos cambien y cuenten otra historia, otros finales«

Cada vez que terminaba una sesión podíamos descansar y compartir todo lo que íbamos aprendiendo durante la jornada. Además, podíamos empezar a conocer el trabajo del resto del grupo a través de los videos que se emitían en bucle en el hall del Teatro Macondo.

Y como los días dieron para mucho, durante una de las visitas más bonitas del encuentro, a la Comuna 13, de la que daremos buena cuenta en este diario, me pude fotografiar con la gran Heidy y el dibujo que acompaña estas letras. Otra prueba más de que los dibujos en cuaderno unen para siempre.

Continuará…

3. TODO SUEÑO ES RENTABLE

La primera de las ponencias corrió a cargo de Iván Triana Bohórquez, bibliotecólogo y co-creador, junto a  Andrea Barón ,de La Biblioteca de la Creatividad, ubicada en la Vereda Quiba Guabal, al sur de Bogotá, y administrada por la Fundación Biblioseo. Fen Desde junio de 2009, se embarcaron en esta aventura con el propósito de empoderar a niños y jóvenes como líderes sociales y emprendedores para que ideen formas creativas que solucionen los problemas de su comunidad.

Sus objetivos estratégicos se enfocan en crear un modelo de gestión que posicione las bibliotecas como huertos de ideas de emprendimiento, proyectos sociales e iniciativas para la paz, siendo la tecnología, la lectura y el juego las bases que dirigen su intervención comunitaria. Actualmente desarrolla tres proyectos institucionales orientados  a fomentar el liderazgo, el emprendimiento, la innovación y la creatividad, como estrategia para disminuir la dependencia al asistencialismo en la comunidad.

El auditorio enmudeció ante la capacidad de comunicación de Iván. Y yo me lancé al cuaderno y abrí mis oídos a todo lo que decía, que era mucho e interesante.

Algunas frases me sirvieron de frontispicio de la ilustración. Y la que más me gustó fue la que da título a este capítulo: todo sueño es rentable. No puede expresarse más con menos. A medio camino entre el discurso motivador y una masterclass de la universidad, Iván fue desgranando claves para que las bibliotecas populares y comunitarias avancen. No trabajar desde la queja, dotar al usuario de la entidad que merecen como «prosumidores», que no «consumidores, tener cuidado con el tema de los donativos, para evitar el arraigo del concepto de pobreza en la mentalidad de los niños.

Toda una panoplia de información y mandatos que se grabaron en mi cabeza para siempre.

La cosa no podía empezar mejor. Y así continuó. Hacia delante y con criterio. Mis manos y mi cerebro ya habían hecho el calentamiento. Estabamos en marcha.

Continuará…

2.COMIENZA EL ENCUENTRO

El día amaneció nublado, como decíamos en el capítulo anterior. Pero el grupo ya estaba conformado y en el trayecto hacia la sede principal del encuentro pudimos conocernos mejor. Un batiburrillo de acentos y emociones se convertía en el murmullo que nos acompañó durante estos días.

Parque Biblioteca Gabriel García Márquez-12 de octubre.

Nuestro lugar de trabajo fue el Parque Biblioteca Gabriel García Márquez-12 de octubre, uno de los nodos del Sistema de Bibliotecas de Medellín , que junto a la Alcaldía de la ciudad consiguen sostener una red magnífica de la que iremos desgranando información durante este diario.

Tras la gran plaza y la preciosa fachada del edificio, accedimos a las instalaciones. en el piso inferior al hall de entrada, donde día a día saboreamos nuestros tintos, el excelente café de Colombia, que por su nombre tradicional, sinónimo de vino en español peninsular, más de un sobresalto me produjo. Allí se encuentra el Teatro Macondo, donde se celebraron las sesiones de conferencias.

Durante el primero de los actos del Encuentro pudimos disfrutar de una presentación dialogada en la que, además de hacer una apertura oficial, disfrutamos con las disertaciones de: Álvaro Narváez, Secretario de Cultura Ciudadana de la Alcaldía de Medellín, Luz Estela Peña, líder del Sistema de Bibliotecas Públicas de Medellín y María Lucelly Castañeda, secretaria de la Red de Bibliotecas Populares de la Región de Antioquia, REBIPOA, una red increíble y llena de ilusión por crecer e influir en la sociedad antioqueña. Durante la distendida charla recibimos mucha información sobre el trabajo de la Alcaldía y la Red de Bibliotecas en pos de la universalización del acceso a la Cultura y la importancia que esto tiene en el cumplimiento de los derechos de las personas y la igualdad de las mismas. Acogimiento, ciudad, comunidad, crecimiento, sostenibilidad. Todas estas palabras y muchas otras resonaban en mi cabeza mientras preparaba mi cuaderno para empezar.

Fue justo en este momento cuando comencé a dibujar el encuentro. Como siempre pasa con el dibujo en directo, suscita la atención de los presentes, pero uno de los objetivos es pasar desapercibido. El anonimato y la discreción, como a los fotógrafos, nos ayudan a los dibujantes para extraer lo más interesante del entorno. Y en mi caso, me ayuda a concentrarme, manteniéndome atento a mi entorno con una intensidad mucho mayor que si tuviera una actitud pasiva. Dibujando, percibo mejor la información y la grabo con mejor calidad en mi cerebro. Además, revivo el momento con mucha intensidad cuando repaso lo dibujado y recuerdo la situación y el entorno.

La mañana comenzó intensa. Los hashtags o etiquetas del Encuentro empezaron a repetirse como mantras, tanto en el Auditorio como en las redes sociales, propias y ajenas #NosmuevelaCultura y #LasBibliotecasTienenValor. Todo acababa de empezar y apuntaba alto.

Continuará….

1. De camino a Medellín.

El 20 de abril partía hacia Medellín desde el aeropuerto de Málaga. Me esperaban un transbordo en Madrid y otro en Bogotá. Tenía tiempo suficiente como para dibujar mientras cruzaba el Atlántico. Pero sobre todo pensaba y pensaba. Estaba nervioso por el viaje, por las expectativas, por mil cosas. Y en particular, por lo que quería contar sobre el bibliobús de Málaga a todos los que quisieran escucharme. Esta aventura había empezado dos años antes, cuando se nos comunicó a todos los ganadores de la 2ª beca Internacional Iberbibliotecas que pronto partiríamos al 7º Encuentro de Bibliotecas Populares y Comunitarias. La alegría por el premio y la ilusión por el viaje fueron tremendas. Pero todos sabemos lo que pasó. El mundo tuvo un escalofrío que nos cambió para siempre, la pandemia de Covid-19 interrumpió nuestras vidas. Y sin embargo, dos años después, todo seguía en marcha y 13 bibliotecarias y bibliotecarios ilusionados surcaban los cielos camino de su destino.

En realidad los vuelos pasan volando 🙂 así que cuando me quise dar cuenta, estaba ya atravesando el túnel vial más largo de toda América Latina, 8,5 kms. que conectan el aeropuerto Internacional José María Córdoba de Río Negro con la capital de la Región de Antioquía, la preciosa Medellín, la ciudad de la eterna primavera.

Al primero de los compañeros que conocí fue a Alan Concepción Cuenca, asistente de Coordinación de Estaciones de Biblioteca Pública en Biblioteca Nacional del Perú y representante de ese país en la Beca Iberbibliotecas 2020. Con él pude compartir apenas unas palabras en el transporte hacia el hotel. Veníamos cansados del largo viaje, era de noche y queríamos descansar para conocernos todos a la mañana siguiente. Alan acabó siendo el fotógrafo oficial de la expedición, ya que con su móvil fue capaz de sacar instantáneas maravillosas que ahora forjan el recuerdo que hoy tenemos todos de aquellos días. En próximos capítulos de este diario hablaremos del proyecto en el que centra su tarea, la biblioteca Fitekantropus.

Cristina, Marinés, Paul, Olga, Marcos, María Teresa, Mariela, Cesar, Jara

Aquí la primera imagen de las muchas que nos haríamos todos los integrantes del grupo de becados. Parafraseando a Bogart y Reins al final de la película Casablanca, entonces ya presentía que ese era el principio de una gran amistad.

Continuará….

7º Encuentro de Bibliotecas Populares y Comunitarias de Medellín. Beca Internacional del Programa Iberoamericano de Bibliotecas Públicas Iberbibliotecas 2020

Una memoria dibujada de un encuentro inolvidable.
Marcos Reina Segovia
Bibliobús Municipal de la Red de Bibliotecas Municipales de Málaga
(España)


INTRODUCCIÓN

Queremos dejar constancia en nuestro blog de esta maravillosa experiencia que pudimos por fin disfrutar este año. Con esta memoria queremos resumir y regresar de alguna manera a este encuentro, previsto para 2020 y que, tras superar lo más crudo de la pandemia, se retomó con todos sus contenidos y ha sido un espacio para las preguntas, el diálogo y la reflexión de conocimientos y experiencias vividas con las comunidades de toda Iberoamérica.

Alcanzar esta beca de movilidad internacional del Programa Iberoamericano de Bibliotecas Públicas Iberbibliotecas para asistir al 7º Encuentro de Bibliotecas Populares y Comunitarias ha significado para nuestro bibliobús y sus tripulantes, poder seguir creciendo profesional y personalmente, ampliar los lazos y la comunicación con los profesionales que trabajan al otro lado del Atlántico y acumular conocimientos y experiencias sobre el terreno, así como poder trasladar las nuestras a todos los compañeros del encuentro.

Consideramos a las bibliotecas populares y comunitarias como la base desde la que construir la sociedad que todos soñamos, una sociedad que ofrezca oportunidades en igualdad para todos, que se fundamente en el conocimiento y en el desarrollo de los individuos y las comunidades en las que se integran. Para nosotros, desde Málaga (España) ha significado una gran oportunidad para mirar en perspectiva la situación del contexto iberoamericano.

Partiendo de uno de los contenidos transversales del Encuentro, “Innovación bibliotecaria para salvar vidas”, afianzamos nuestro objetivo principal y palanca que nos mueve: diversificar, generar nuevas fórmulas de trabajo bibliotecario que incidan directamente en las personas, proporcionar herramientas de todo tipo que ayuden a crecer como ciudadanos formados y responsables a todos sin excepción. Ese debe ser el objetivo de las bibliotecas en la actualidad. Motores de ciudadanía, facilitadores de recursos, ideas y cobijo. Mantenerse en la vanguardia creativa al servicio del crecimiento.

El Encuentro convocó la presencia de un ramillete de experiencias que desde diferentes contextos y latitudes nos han inspirado nuevas rutas de trabajo comunitario en los territorios y que a su vez reconozcan y respeten la diversidad cultural y el medio ambiente. Las bibliotecas iberoamericanas son cada vez mejores referentes de gestión, innovación, creatividad, sostenibilidad social, política y ecológica, y esto debe permitir ampliar el horizonte de la intervención social desde la institución bibliotecaria más humilde pero más poderosa, la biblioteca móvil, comunitaria, de barrio. De todos ellos daremos cumplida cuenta en esta memoria dibujada.

El bibliobús de Málaga, en representación de la Red de Bibliotecas Municipales fue seleccionado por Iberbibliotecas como representante de España en este Encuentro, y así acompañó y nutrió la conversación del resto de bibliotecarios y bibliotecarias de cada país iberoamericano con representación en dicho programa de becas. Nuestro objetivo no era otro que ampliar la urdimbre del movimiento bibliotecario popular de la región con nuevos actores, ideas, saberes y propuestas.

Queríamos explicar quiénes somos, cuáles son nuestros objetivos en el contexto de nuestro entorno geográfico y social, señalar las tareas que nos ocupan y los matices que nos distinguen en el ámbito de las bibliotecas y en el de los servicios bibliotecarios móviles. Somos vehículos de intervención social y cultural al servicio de la ciudadanía y hemos aprendido a comunicar y conectar así que este es un capítulo más que aprovechar y disfrutar en nombre de todos los profesionales de nuestra Red y en el de todos los usuarios malagueños.

En un breve resumen sobre nosotros podemos decir que el bibliobús nació en 2002 como un elemento aglutinante de la Red de Bibliotecas Públicas Municipales de la ciudad de Málaga compuesta por 18 bibliotecas públicas.

Su principal labor era comenzar a dotar de puntos de lectura pública itinerantes en aquellas zonas de la urbe que por distancia o número reducido de habitantes no contaban con una biblioteca fija. Se diseñó un itinerario que abarcaba aquellos barrios donde hay una carencia de servicios públicos y en algunos casos, el peligro de bolsas de población en peligro de exclusión social y cultural.

A medida que su implementación se asentaba, el bibliobús abrió su radio de acción a los centros educativos y sociales de las comunidades a las que sirve, trabajando codo con codo en la ejecución de acciones transversales y sirviendo de apoyo a aquellas entidades o colectivos que lo solicitasen.

Actualmente, estamos trabajando en la consolidación de los servicios tradicionales y proponiendo nuevas dinámicas. Se han de ampliar las visitas e intervenciones en horarios alternativos y estamos planificando un programa de dinamización lectora que abarque varias franjas de edad. Se están consolidando las secciones de la colección que se decidieron convertir en centros de interés: Escuela de Padres y Madres, Cómic, ilustración y desarrollo del lenguaje visual. Además, se han propuesto como líneas principales de trabajo aquellas que incidan en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que consideramos clave para un futuro con esperanza en igualdad de oportunidades.

Esperamos continuar exprimiendo los conocimientos, las vivencias y las emociones que pudimos vivir y atesorar durante los días del Encuentro, tanto de los compañeros, como de ponentes, organizadores, coordinadores y sobre todo, de la maravillosa ciudad de Medellín, en ese gran país que es Colombia, un estallido de vida y pasión que llevaremos siempre engarzada en el corazón.

Durante las Jornadas, tal y como hago en muchos eventos y situaciones, me dediqué a plasmar en cuadernos aquellos aspectos que consideraba importantes para poder contar posteriormente con un “diario dibujado” que me sirviera como recordatorio, repositorio de experiencias y saberes, álbum de vivencias, cuaderno de campo. Dicha “memoria gráfica” no solo me sirve a mí como herramienta sino que también la utilizo para divulgar en este caso, los acontecimientos que allí pudimos disfrutar.

Ni que decir tiene que el hecho de ir dibujando en directo genera en mí un sentimiento empático hacia todo lo que ocurre a mi alrededor y despierta la curiosidad de todos, por lo que reitero la idea del dibujo como medio de comunicación y comprensión del otro. Fue excelente la acogida que me dieron en el Encuentro y sobre todo, poder desarrollar en un taller estas enseñanzas. Otro de los regalos que ha supuesto para mí este maravilloso evento que estamos trasladando punto por punto a nuestros usuarios.

En el bibliobús siempre hay una mesa de dibujo improvisada y cuadernos de bocetos abiertos. La estructura espacial dúctil y abierta de la biblioteca móvil permite diversificar e innovar en los usos y tareas así como establecer un nivel de comunicación muy potente con pequeños grupos de usuarios, heterogéneos en su edad y necesidades. Además, el hecho de compartir con ellos estos dibujos y las vivencias que llevan aparejadas han servido y servirán para dar a conocer los trabajos y experiencias que se relataron en las diferentes ponencias del Encuentro, así como en las actividades paralelas que fuimos realizando.

Se trata de un trabajo abierto, que se sigue nutriendo de información escrita y dibujada y que se transmite de forma espontánea tanto en el bibliobús como en los centros docentes donde desarrollamos actividades. No se trata de ser exhaustivos si no de intentar documentar una experiencia y darla a conocer. Nuestros usuarios sabían del viaje, de las características del Encuentro. Por las fotografías y los textos compartidos en redes sociales también podían conocer algunas de las circunstancias de todo ello. Y es a través de los dibujos y de las explicaciones anejas como reciben un conocimiento más profundo de las realidades de las bibliotecas populares y comunitarias de Iberoamérica y del papel que nosotros (y ellos como usuarios) desde el Bibliobús de Málaga hemos jugado en todo este periplo.

Cada una de las entradas de este blog y su ilustración dibujada tendrán su correspondiente enlace en nuestra página de Instagram para poder hacer una lectura adecuada de la experiencia.

Próximamente, la primera de ellas.

El panadero de Proust

Este es el segundo de los textos del Mapa Literario de Pablo Aranda que queremos resaltar en nuestro blog. Esta vez viene directamente de la Biblioteca Cristóbal Cuevas.

“El panadero de Proust”

Mi nombre es Paco Torres. He sido coordinador del club de lectura de la biblioteca Cristóbal Cuevas durante 10 años. En ese tiempo hemos tenido muchas reuniones con escritores para comentar sus obras, entre ellos con Pablo Aranda.
Al nombrar a Pablo debo dar una pequeña explicación: Él era para nosotros (me refiero a los “históricos” del club de lectura) nuestro escritor.
Esto llego a ser así porque en las ocasiones, fueron varias, en que estuvo con nosotros el ambiente era cada vez más relajado y distendido, como cuando se asiste a una tertulia con viejos conocidos. Con Pablo hablábamos, lógicamente, de la obra que traía en esa ocasión, pero además de cuanto se nos ocurría preguntar o comentar sobre literatura y creadores.
Así fue como, para algunos de nosotros, llegó a ser un escritor cercano. Era, por utilizar un término futbolero, de nuestro equipo local. Alguien con quien intercambiamos saludos y comentarios en los eventos donde o bien nos encontrábamos, o bien íbamos porque él asistía.
Tras esta introducción creo que se entenderá mejor mi anécdota personal con Pablo, por si alguien quiere utilizarla en la forma que desee.

ANÉCDOTA:
Durante una de las reuniones que tuvimos con él en el Club de lectura (Biblioteca Cristóbal Cuevas), comentábamos, si no recuerdo mal, su novela Ucrania, Pablo refirió, en el contexto de lo que estaba contando, “no he conocido a nadie que se haya leído los siete tomos de En busca del tiempo perdido, de Proust”.
Uno de los compañeros del club, que sabía que yo los había leído, replicó señalándome, “aquí tienes a uno que los ha leído”. Pablo me miró sorprendido, “¿Todos”? Yo asentí, y él siguió exponiendo el tema que le ocupaba.
Cuando terminó la reunión y ya estábamos en esos momentos en que el autor firma ejemplares y se suelen intercambiar preguntas y algún comentario más personal, Pablo me dijo:” en serio te has los has leído…
Le dije que sí, y comentamos algunas cosas más que no recuerdo exactamente. Lo que si recuerdo es que cuando ya salíamos de la biblioteca me comento: te los leíste por los alumnos, quiero decir eres profesor, o…
Yo no pude evitar la sonrisa. No Pablo, le dije, me los leí por el gusto de leerlos. Yo soy panadero.
Para no alargar más la explicación: desde aquel día, las veces que nos encontrábamos me saludaba (siempre la iniciativa del saludo partía de él estuviera con quien estuviera) de la misma manera: ¡Hombre, El Panadero de Proust!
Si él estaba en algún acto con otros escritores, escritoras, o con quien fuese, ante tan extraño saludo ponían cara de pregunta. Pablo, con cierta sorna, hacía la presentación: “Este hombre es un lector de los de antes, apostaría a que es el único panadero de España que ha leído a Proust completo”.
Por desgracia, la última vez que vivimos juntos la broma de la presentación fue en una librería de Málaga donde Pablo presentó a un poeta español de origen inglés que recitó sus poemas.
Pablo, El panadero de Proust y yo te echamos de menos.   

El Mapa Literario de Pablo Aranda

Desde la Biblioteca Pública Municipal «José Moreno Villa» junto al resto de la Red de Bibliotecas Municipales de Málaga, se ha realizado un mapa literario en google maps dedicado a la figura del escritor Pablo Aranda, tristemente fallecido en agosto de 2020.

Este mapa es una joya para todos aquellos que lo conocimos y para todos los lectores que disfrutaron con sus novelas y artículos periodísticos.

Les dejamos el enlace y una de las entradas que nutren los contenidos. En este caso es la anécdota que ha incorporado el bibliobús municipal sobre una conversación entre el escritor y el bibliotecario del mismo, un servidor, Marcos Reina.

“La primera y única conversación que tuve con Pablo Aranda se produjo con el agua del mar a la altura de nuestras rodillas en la playa de los Baños del Carmen una tarde de junio hace ahora 10 años.
Yo sostenía en brazos a mi hijo, que por aquel entonces tenía apenas seis meses. Mientras lo acunaba a la fresquita, en la orilla de esa playa urbana de piedras grises y arena negra, me fijé en que aquel tipo que no paraba de bromear con sus acompañantes y juguetear con varias niñas y niños a su alrededor era Pablo Aranda. Lo conocía por sus novelas, que había devorado una tras otra, pero sobre todo por su presencia constante en las bibliotecas de la ciudad. -No sabe decir que no-, me había comentado algún compañero. Y era cierto. Acudía a cada petición de colaboración que se le hiciese, ya fuera más o menos formal, más o menos engorrosa. Y parecía disfrutar en esas charlas con los clubes de lectura o presentaciones o lo que fuera que se les hubiese ocurrido para arrastrarlo hasta allí. Los usuarios y asistentes a esos actos salían siempre encantados con él. Un win-win en toda regla.
Mientras Pablo se separaba del griterío infantil a duras penas, intentando escribir algo en su móvil con un andar titubeante hacia la orilla, pensé que era el momento perfecto para embaucar de nuevo a ese escritor complaciente que además resultaba ser simpático, a juzgar por sus artículos y las sonoras risas de las mujeres que lo acompañaban aquella tarde de playa. Yo llevaba algunos años como bibliotecario del bibliobús y por aquel entonces no teníamos muchas actividades de animación lectora. Pero con un bebé en brazos, en bañador y trenzando un par de anécdotas sobre nuestra biblioteca rodante era casi imposible que el sonriente articulista se negase a colaborar con nosotros en alguna movida libresca.
Ya había terminado de escribir el mensaje y sonreía al horizonte sosteniendo el móvil de una forma algo extraña, como evitando que se mojara. -Hola Pablo, no nos conocemos pero soy bibliotecario, perdona que te moleste. Estoy en el bibliobús, ¿lo conoces?. Sin perder la sonrisa se volvió hacia mí y dijo -creo que es el que me falta-. Inmediatamente me preguntó por el chiquillo, que si era mío o si solo lo paseaba, como a los libros. Que si era padre primerizo, que cómo lo llevaba. Escuchaba mis respuestas con una atención muy pronunciada, con esa forma de mirar que a uno le demuestra que verdaderamente interesa lo que estás diciendo a quien te oye.
Cada vez veía más difícil proponerle una visita, una charla, lo que fuera con tal de que nos dedicase sus libros y pasara una tarde con nuestros lectores. Llevábamos tres minutos de conversación y ya tenía la sensación de que sería como tenderle una trampa a una presa confiada. Era ocurrente y agradable, no había hecho ascos a un poco de charla con un bañista desconocido y un poco pesado, parecía divertirse con todo lo que miraba de esa manera atenta y curiosa, casi infantil.
Mientras me debatía internamente y proseguía con mi parloteo sobre las virtudes de nuestro servicio, los barrios que visitábamos y cosas así, una niña empezó a llamarlo insistentemente desde la orilla, podría ser su hija, no lo sé. Lo único que recuerdo es que la saludó con la mano como pidiendo calma, se volvió hacia mí y con una sonrisa más amplia aún que la que habitualmente llevaba plantada, me dijo -aquí te dejo, bibliotecario, un ratito muy agradable pero me reclaman y no sé decir que no-. Me guiñó un ojo y acercó su mano grande a la manita de mi bebé, que a esas alturas ya se había quedado frito. Apenas lo rozó y con voz bajita susurró -chico con suerte-.
Jamás vino al bibliobús, tampoco yo lo invité. Pero siempre albergué la esperanza de que algún día, de alguna manera, vendría. Sé, por terceros, que más de una vez se refirió en términos cariñosos a nuestra peculiar biblioteca. Pero después de aquello, hacerle una invitación formal siempre me parecía como si traicionase aquella conversación tan bien sellada.
Hoy presto sus libros como si fueran la obra de alguien querido de quien lo has leído todo. Me refiero a él por su nombre de pila, solo Pablo, como llamaría a un amigo, cuando recomiendo sus títulos a algún usuario y siempre señalo que era un gran apoyo para nuestro trabajo. No le hizo falta venir para llegar al corazón del bibliobús y quedárselo. Eso que le ahorramos, porque al fin al cabo si se lo hubiésemos pedido no habría sabido decir no.
Aquella tarde, con las pantorrillas en remojo, rodeados por la alegre bulla de los niños y el verano, entre sonrisas luminosas y palabras dulces, me hice amigo íntimo para siempre de alguien a quien acababa de conocer y con quien jamás pude volver a hablar.”

Marcos Reina Segovia

ATÍPICA, Mujeres por la cultura en Málaga

Sin título

     Las promotoras de la REVISTA ATÍPICA se ofrecieron a hacer una presentación en la Biblioteca Cristóbal Cuevas. Quizás alguien tuvo que elegir el plan de esa tarde del 14 de febrero, pero sin duda esta cita mereció la pena. Un saludo a los bichos raros que acudimos a celebrar esta nueva iniciativa, tan creadora y divertida, un número de la revista precisamente dedicada a los “BICHOS” de cualquier pelaje y condición

     Así se presentan sus tres fundadoras: Amor de Pablo Inurria, “lectora empedernida y escritora a ratos perdidos, adepta de Martín Gaite y Matute, adicta a Cortázar y deliberiana irredenta”; Mercedes Aparicio, “lectora voraz, escritora en ciernes, artista de la nada. Deportista derrotada y habladora imbatible. Cutre, clochard, hippija y casi moerna”; Laura Cerezo Cobos, “correctora de textos, lucha contra los gigantes/molinos de la negligencia lingüística corrigiendo libros de todo tipo. dirige la colección de micro novela Manguta de Libros”.

     Conociéndolas y sabiendo de su experiencia anterior en empresas similares, era de esperar la acogida del proyecto, con unos ingredientes muy favorecedores para el éxito. TE SORPRENDE, TE INFORMA Y TE DIVIERTE

     Muchos han confiado en esta nueva publicación desde el primer momento, y a la convocatoria de participación han respondido con un abanico de aportaciones literarias, artísticas y científicas de gran calidad y de mejor talante, como las siguientes : Amor de Pablo editorializa con la palabra “bicho” ad infinitum; Laura Carneros nos provoca la conciencia de ser víctima de un abuso de poder etimológico; Amelia de los Ríos nos regala uno de sus proyectos fotográficos solidarios; José Moreno declara a la mariposa monarca símbolo del inmigrante guiado por el sol y las estrellas; Francisco R. Villatoro desde la ciencia nos demuestra los 80 millones de bichos que valen un beso (¡Qué bien sabe la microbiota compartida!); un niño diferente, bicho lector, es la ilustración de Marcos Reina; J.F. León pone la banda sonora de su fondo de cultureta; … y como ellos y ellas, un largo etcétera

    Captura 2El colofón de la sesión fue la lectura dramatizada de “Doctora Ruby”, un ingenioso relato que incluye la revista. Su autora Anabel Díaz hizo de narradora, y fue la única que supo mantener cierta compostura. Ni el resto del elenco de actrices ni el público asistente pudimos contener la carcajada durante la mayor parte de la representación.

     Larga vida a ATÍPICA , y gracias por contar siempre con las bibliotecas y los bibliotecarios.

BIBLIOTECA CRISTÓBAL CUEVAS. DIEZ AÑOS

           

El 21 de Mayo del año 2009 abrió sus puertas la Biblioteca Cristóbal Cuevas en el Distrito Bailén Miraflores de Málaga.

Esta Biblioteca nació con vocación de responder a las expectativas de sus usuarios y de crear una red de alianzas con grupos y entidades culturales y educativas de su entorno.

Después de 10 AÑOS los objetivos siguen siendo válidos, y el camino hasta ahora recorrido ha sido posible gracias a todos lo que han compartido este 

PROYECTO COMÚN 

(pulsar para ver enlace)

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